Ni la apertura de un colegio en La Albatalía, ni la instalación de calefacción en el Teatro Romea, ni siquiera la construcción de un mercado de flores y plantas. Nada interesaba tanto en 1924 a los señores ediles como fomentar las relaciones comerciales. Pero no con Cartagena, cuyo consistorio acababa de exigir ser capital de provincia. Había que hacerlo a lo grande, tal y como estilamos. Había que reconocer oficialmente… ¡a la nueva Unión Soviética! La sesión se celebró el jueves 7 de febrero de 1924, a las 4 en punto de la tarde. Presidía el Pleno Recadero Fernández de Velasco, profesor de Derecho Administrativo y futuro rector. Militaba en el Partido Socialista, aunque desde Madrid advertirían más tarde que la organización lo expulsó por apoyar una escisión comunista. Murcia conoció la noticia del nombramiento de Recadero el 6 de octubre de 1923. José Cano Benavente consignó en 1986 en su obra ‘Alcaldes de Murcia (1886-1939)’ que se desconocía cómo fue acogido el nombramiento por la prensa pues no se conservaban en el Archivo Municipal los diarios de la época. Sin embargo, allí están. El periódico ‘El Tiempo’ deseó al profesor, “cuyas dotes de cultura son conocidas, el mayor acierto en su gestión”. ‘La Verdad’ se limitó a un escueto breve. La disparatada sesión que nos ocupa incluyó el debate sobre la necesidad o no de grabar la matanza de reses en las casas particulares, asuntó que devino en otra discusión. Igual sucedió con la propuesta de reformar las leyes municipales y otorgar a los ayuntamientos “poderes para elegir diputados a Cortes”. Otro tema, como es evidente, de gran interés para los vecinos del común. Mercado de flores Más interesante fue la moción que defendía construir un mercado de flores y plantas “en sitio lo más céntrico posible” para fomentar el cultivo de “esta gran riqueza local”. Nadie puso reparos. Sería porque los ediles acordaron que el proyecto lo impulsara “la comisión correspondiente”. Y por eso, porque la comisión lleva un siglo sin aclararse, aún lo estamos esperando. La curiosa moción de apoyo a los soviets se llevó la palma. Fue presentada por los concejales Moreno Galvache, Martínez Campos y Javier Paulino Torres. En el texto solicitaban al Ayuntamiento que se dirigiera al Directorio de Primo de Rivera, feroz perseguidor de comunistas en aquellos tiempos, para pedirle el reconocimiento de la “República de los Soviets de Rusia”. Ahí quedó eso. Los tres ediles consideraban, eso sí, que la medida debía adoptarse “previas las satisfacciones para el desagravio de España”. Y advertían de la necesidad de restablecer las relaciones comerciales con la vieja Rusia en beneficio de Murcia pues, como publicó ‘El Tiempo’, tenía allí “su principal mercado de naranja”. La controversia fue en aumento, sobre todo después de que otro concejal, Sánchez Madrigal, mantuviera que “yo no defiendo asesinos”. Algunos ediles se sumaron al rechazo considerando que aquella era una cuestión política “donde el Ayuntamiento no debe pararse”. Finalmente, la moción fue retirada. Aquel Pleno no tuvo desperdicio. Si la propuesta de los soviets sorprendió a la prensa, no menos animada fue la disputa sobre la necesidad de instalar calefacción en el Romea. El concejal García Martínez reveló que el arrendatario del teatro “tiene el pensamiento de instalarla”, para añadir a renglón seguido que sería “lo más tarde este verano”. Y se quedó tan fresco. ‘Las Corsarias’ Los murcianos seguirían pasando frío aquel mes de febrero. Pero eso no fue todo. Otra de las mociones exigía que el Romea no acogiera las populares sesiones de varietés “porque con ello se incumple el contrato”. El alcalde terció, acaso muerto de risa, para proclamar que urgía atenerse a cada representación en concreto. “Hay varietés como la Tórtola y la Raquel –aseguró el serio profesor- que están por encima de obras teatrales, como ‘Las Corsarias’, por ejemplo”. Ante tan formidable problema municipal, el primer edil insistió en que podría darse el caso de autorizar las mentadas ‘Corsarias’ y, en cambio, “no queremos que actúe Raquel Meller”. Poco éxito tuvo también esta moción si tenemos en cuenta que varios meses más tarde aún figuraban ‘Las Corsarias’ en el cartel del Romea, según diversos anuncios publicados en la prensa local. Era representada la pieza por la Compañía de Zarzuela y Opereta de Fernando Vallejo. Y con ser opereta ni compararse podía con los plenos municipales, bastante más divertidos. A nadie extraña, por tanto, que el Club Taurino de Murcia, decano de los del mundo, propusiera en la misma sesión celebrar cuatro bailes de Carnaval. ¿Y dónde? ¡Pues en el Salón de Contrataciones municipales! ]]>
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