El Pregonero de las Fiestas de Vistabella, Antonio Botías, pronunció ayer un emotivo pregón basado en su propia experiencia, la historia del castizo barrio y el especial carácter, afable y abierto, de cuantos en él habitan. Al acto asistieron destacadas personalidades murcianas, entre las que se encontraban los presidentes del Cabildo de Cofradías, la Agrupación Sardinera y la Federación de Peñas Huertanas, así como varios concejales del Ayuntamiento de Murcia.
Ante varios centenares de asistentes al acto, que tuvo lugar en la parroquia de Fátima, Botías destacó que aún es posible sentir el latido del corazón de Vistabella, “el pulso de sus venas que encierra, casi en el corazón de la urbe moderna, ecos de un barrio antiguo, de familias que en verano disponen sus sillas para disfrutar el fresco que acaricia, cuando acaricia, cada anochecida las calles; familias que gustan de compartir experiencias, chascarrillos, unas veces penas y otras alegrías, siempre sazonadas con algún rumor que la brisa del cambio de hora esparce entre los portales”.
El autor reveló que Vistabella “me enamoró el primer día en que disfruté de sus fiestas a pie de calle cortada, improvisado oasis de bullicio, en torno a una interminable mesa cuajada de viandas, junto al serpentín al que adornan barrios barriles dispuestos para encendernos el ánimo, a la puerta misma de las casas, como antaño, bajo un cielo de papelillos y luminarias, sencillo pero inigualable adorno. Aquí nunca nadie es extraño. Aquí siempre es posible sentirse como en el propio hogar. Aquí, queridos amigos, nunca sobra nadie”.
Botías también animó a los presentes a disfrutar de estos días de diversión porque, aunque cercados por la crisis económica, conscientes de que tantas y tantas familias del barrio atraviesan momentos difíciles, debemos hacer un esfuerzo por encarar el futuro con esperanza y decisión, con la misma que nuestros padres y abuelos pusieron en levantar