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La vida cotidiana de la ciudad

Antonio Pérez Crespo / Cronista Oficial de la Región de Murcia

Un nuevo libro sobre la vida en Murcia a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, escrito por Antonio Botías, quien, pese a su relativa juventud, 36 años, tiene un amplio currículum en cuanto a su participación en actividades culturales de la Región de Murcia. Dedica una especial atención al discurrir de la vida cotidiana de la ciudad en noventa y nueve artículos publicados semana tras semana, en La Verdad, aquel periódico que perteneció a la Editorial Católica y que inició su andadura en el año 1903. Ahí quedaron sus escritos que continúan publicándose periódicamente los domingos.
Botías, ha recibido todo tipo de distinciones y premios que le han concedido diversos municipios de Murcia por los pregones pronunciados con motivo de la Navidad, de la Inmaculada Concepción, Semana Santa…, en localidades tan variadas como Murcia, Cieza, Yecla, Guadalupe, Cabezo de Torres, La Arboleja, … y diversos barrios de la ciudad de Murcia: San Juan, Santa Eulalia, San Nicolás,… Ha participado en diversas emisoras de radio, y en la actualidad es Coordinador de Proyectos Municipales y Asesor de Comunicación del Alcalde de la Ciudad. Ha publicado diversas obras sobre temas murcianos.
El libro, que tiene el lector en sus manos “Murcia, secretos y leyendas”, ha permitido a Botías ser un colaborador asiduo de La Verdad, que los murcianos leen domingo tras domingo sobre temas locales con tintes añejos.
Entre las materias que recoge el libro, muy variados, centra su atención y estudio en los acontecimientos de esta época, destacando el grupo de comentarios iniciales relacionados con el agua, tan necesaria en la Cuenca del Segura. Es posiblemente, el tema que más reitera en los primeros artículos recogidos en el libro, muchos de ellos novedosos, pese a lo manido del tema.
En ellos destaca costumbres murcianas, reguladas por las sucesivas ediciones de las “Ordenanzas y Costumbres de la Huerta de Murcia” que tradicionalmente regulan nuestro sistema de riego, como los avenamientos y riegos con la obligación anual de mondar las acequias, y dejar los cauces en condiciones para poder seguir regando. El agua ha de tomarla por los cauces de aguas vivas para regar y aguas muertas para devolver los escurrimbres al río. Trata estos temas en el primero de estos artículos, que titula muy acertadamente “Quien en marzo bien no monda, en agosto remonda”.

Sería interesante que los murcianos que estén interesados en temas de riegos  en la Cuenca del Segura, lean las Ordenanzas que desde tiempo inmemorial regulan un tema tan concreto de los regadíos de la huerta; y repasen, aunque sea brevemente, el capítulo séptimo que trata de las mondas. Sus primeros artículos, regulan con todo detalle la obligación de mondar y los días de su inicio y terminación, que cada año empieza por una margen del río y al siguiente por la contraria, estableciendo las sanciones en que puede incurrir el infractor.

A lo largo de los años, muchos escritores murcianos se han especializado en el estudio de la historia y costumbres de nuestra tierra. Uno de los efectos que se ha producido ha sido el recordar una serie de variantes lingüísticas propias de determinadas comarcas, que no se utilizan en otras, y que tienen en común un aire muy peculiar. Basta repasar las publicaciones desde los clásicos escritores murcianos para percibir una serie de notas comunes diferentes que permiten su identificación como tales.

Otro de los artículos incluidos en este libro, también está relacionado con el agua aunque de forma indirecta. Hace un análisis histórico de los Molinos del Río desde su inicio y construcción anterior al Puente de Piedra, Puente Viejo o Punte de los Peligros que como consecuencia de una de las avenidas tan frecuentes en la época, fue necesario construir, ya que la pasarela de madera que existía, se la llevó el agua.

Lo más interesante de este artículo, es el análisis histórico de quienes se fueron sucediendo en la propiedad de estos molinos, de su importancia, y su valor. Desde el Concejo de Murcia hasta el Obispado, pasando por innumerables propietarios particulares de los Molinos, analiza un proceso histórico de varios siglos de duración con permanentes pleitos, muy interesantes de analizar.

Inmediato a uno de los molinos, estaba la famosa Isla de las Ratas, que hace relativamente poco tiempo fue suprimida. Aun en la actualidad, según se narra, existen controversias sobre el uso de lo que se ha convertido en un Museo del Agua.

En la misma línea, y también sobre temas de agua, estudia el Trasvase del Tajo al Segura; los distintos intentos que existieron para llevarlo a la práctica; forma y fecha en la cual se inició la llegada de agua del Trasvase del Tajo al Segura, hasta nuestros días.

Después de analizar el uso y distribución de las aguas, se inicia una serie de artículos sobre temas específicos de la vida de Murcia en las fechas que el autor concreta.

Antonio Botías se acredita como un estudioso de la historia murciana, que no debiera abandonar ya que ha conseguido mantener estas publicaciones durante varios años, lo que es una garantía de que goza de justa fama y gran número de lectores. Lo más difícil ya lo ha superado. Mucha suerte, y una larga vida.

 

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